El libro “Conducción del Niño” de Ellen G. White aborda temas fundamentales para la educación en el hogar, enfatizando la importancia de la disciplina, la obediencia y la formación del carácter desde una temprana edad. White destaca que el proceso educativo empieza en los primeros años de vida y que los padres tienen una responsabilidad crucial en moldear las actitudes y valores de sus hijos. A través de este enfoque, se busca que los niños crezcan con habilidades para el autocontrol, la obediencia y la responsabilidad moral, todo guiado por principios cristianos.
En una de las secciones claves, se señala que la obediencia no solo debe enseñarse, sino que también debe convertirse en un hábito que será esencial para el bienestar futuro del niño. White subraya que “una de las primeras lecciones que necesita aprender el niño es la de la obediencia” y recomienda que esta enseñanza empiece antes de que el niño tenga edad suficiente para razonar, asegurando así una base sólida para el carácter y la vida cristiana.